Bar de vinos, en el mismo local que ocupó muchos años la Pizzería Sophie. Está situado en un callejón de la calle Lope de Vega, junto al mítico taller de bicicletas. Es un espacio amplio al que le han sabido dar un toque cálido y moderno.
Últimamente proliferan los bares de vino; sin duda estamos ante una tendencia. La Bena hace referencia a la primera feria de vinos naturales que se celebró en Santander, año 2024. Es una garantía que en el proyecto esté Umma, restaurante que nos gusta por su cocina, por su local.
La Bena está especializado en vinos naturales, y tiene una carta corta pero atractiva para picotear mientras se degustan los caldos. Y de eso se trataba en nuestro santo miércoles: cenar y probar vinos originales
Nos sentamos entre dos mesas pequeñas, en la terraza cubierta. La verdad es que no es muy cómodo para una cena formal; vendría bien algo más de espacio, sillas que permitan pasar más tiempo entre degustaciones y charla.
Nos atendieron rápido, amablemente, y fuimos bien aconsejados tanto en vinos como en la oferta culinaria. Echamos en falta algo de flexibilidad para adecuar alguna de las raciones al número de clientes, cuatro. Cada vez es más habitual que el servicio de sala ofrezca ampliar alguna ración para poder repartir cómodamente; por ejemplo, en nuestro caso, los bocartes.
Esa noche pedimos el Paté de campaña, los Bocartes, el Pastrami con berenjena y los Bikinis. De postre, flan de queso.
Nos gustaron especialmente los bocartes curados en limón, arándanos y avellanas tostada. Elaboración soberbia con nuestro pez de temporada. Curación mínima, sabor intenso y buen contraste de la fruta dulce y la avellana tostada.
También son de destacar los Bikinis, presentados templados y en porciones fáciles de llevar a la boca. Muy ricos.
El postre, flan de queso, es mejorable; así se lo comentamos a la persona que nos atendió. Frío, con grumos. Nos dijo que estaban experimentando con la receta, en cuanto a cantidades, composición… Seguro que lo consiguen.
A lo largo de la cena probamos dos vinos, bien originales y diferentes a lo que suele verse por nuestros pagos.
Empezamos con una copa de I´m Natural Dont Panic, de Bodegas Coruña del Conde, Burgos. Vino naranja de uvas Mencía. Fermentado en depósitos de acero inox. y crianza de 5 meses en depósito de fibra de vidrio. Es un caldo floral, con agradables notas minerales y herbáceas. Grado alcohólico de 11 vol.
Nos lo presentaron como vino rosado, pero tienen poco que ver con los rosados al uso. En la bodega hablan de vino naranja, yo diría naranja sanguina. Algunos críticos hablan de vino para iniciados. Nos gustó.
Después cambiamos a un tinto de Liébana, elaborado por ORULISA, el Querido Toribio. Utilizan uvas Mencía de viñas viejas, en viñedos de Tama y Pumareña. Con grado alcohólico 11´50 Vol. Es un tinto ligero, fácil de beber, que cumplió como compañía del pastrami con berenjena y los bikinis.


En resumen, originalidad y buen trato. Vinos curiosos que seguramente no encontremos en otro local hostelero. Cocina novedosa y atrevida. Y algún aspecto mejorable que no impide decir: la visita merece la pena. Repetiremos para ver su evolución.
En resumen, originalidad y buen trato. Vinos curiosos que seguramente no encontremos en otro local hostelero. Cocina novedosa y atrevida. Y algún aspecto mejorable que no impide decir: la visita merece la pena. Repetiremos para ver su evolución.