Yo diría que es una de las exposiciones más importantes desde la inauguración del Centro Botín. Diferentes medios como El Confidencial u Hoy es Arte, entre otros muchos, han publicado artículos en los que la refieren como indispensable en el año 2025.
Desde el 12 de abril al 14 de septiembre podemos disfrutarla en nuestra ciudad. En otoño viajará al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Figura fundamental de la Generación del 27, fue una artista que reflejo en su obra las preocupaciones de su época y se anticipó a muchas de las actuales.
Ana María Gómez González nació el 5 de enero de 1902 en Viveiro, Galicia. Con su familia vivió en Galicia, Asturias y, finalmente, se trasladaron a Madrid en 1922.
En Madrid estudio Bellas Artes y nació como artista con el nombre de Maruja Mallo.
La exposición está organizada cronológicamente, respetando sus series de pintura y dibujos
Verbenas (1927-1928)
Las fiestas populares, diversión y color; toda clase de personas disfrutando sin distinción.
Cloacas y campanarios (1929-1932)
Tiempos difíciles para España y para la artista. Coincide esta serie con los últimos años de la dictadura de Primo de Rivera. Y también con el final abrupto de su relación con Rafael Alberti. Es su serie más surrealista. Lo vive como una muerte para volver a renacer
Arquitecturas vegetales y construcciones rurales (1933-1936)
El Gobierno de la II República facilita que los artistas puedan dar clase de Artes Plásticas en los centros educativos. Maruja imparte clases en Arévalo (curso 1933-1934). Allí conoce los campos de Castilla y las construcciones rurales. Busca su esencia y las plasma en sus dibujos.
Teatro (1932-1936)
Viaja becada a Parías para formarse en escenografía.
En la exposición puede verse la maqueta que hizo para la escenografía de “Clavileño”, obra inspirada y que no llegó a estrenarse.
La religión del trabajo (1936-1939)
Al estallar la guerra civil se va a la Argentina. Allí pinta esta serie como la única manera de conectar con la naturaleza y homenajear a la clase trabajadora. Segadoras y pescadoras. Colores cálidos y fríos.
Cabezas, naturalezas vivas y máscaras
Durante 20 años viaja por América Latina. Pinta cabezas, tratando de captar el alma de las personas y la hibridación de razas y sexos. Crea composiciones que hablan de la matriz femenina con elementos marinos y pinta máscaras.
Moradores del vacío (años 70) y Viajeros del éter (1982)
En 1960 vuelve a España. Pasa de la Geografía a la Cosmología. Imagina formas de llega al Cosmos y vivir en él. España vivía un momento muy creativo. Los integrantes de la movida madrileña la ven como un icono.
Años finales
Los pasa en una residencia, manteniendo la ilusión hasta el final. Su última exposición se hizo cuando tenía 90 años.