El 17 de septiembre de 2003 nace Cocinandos. Desde 2009 cuenta con una Estrella Michelín

El restaurante actualmente está ubicado en la histórica Casa del Peregrino (que data del año 1750), junto al monumental Parador-Hostal de San Marcos. Sorprende con un interior de líneas muy modernas, con un ambiente atractivo y elegante.

El jardín, asomado por un lado a la antigua iglesia de San Marcos y por el otro lado al auditorio de la ciudad, es un entorno íntimo y perfecto para hacer una parada gastronómica en verano. Allí se sitúa la Parrilla, y allí vamos a cenar.

Además de la Parrilla, el centro del proyecto es el restaurante gastronómico, en el interior del edificio. El espacio gastronómico se centra en la propuesta de un menú degustación.

Pero antes de entrar en materia, merece la pena contar algo de la pequeña historia detrás de este gran restaurante. Lo protagonistas son Yolanda León y Juanjo Pérez, formados en las escuelas de hostelería de Santiago de Compostela y Madrid respectivamente. Finalizados los estudios recorrieron algunos de los restaurantes más prestigiosos del momento, como Arzak, El Amparo, Zalacaín o La Broche de Madrid, Casa Marcelo o Echaurren.

Aquella día de agosto, empezaba a anochecer. La temperatura se moderaba y el ambiente tranquilo del jardín nos invitaba a sentarnos y comenzar la experiencia en la parrilla de Cocinandos.

Durante la cena catamos un blanco de Terras Gauda, La Mar. Un vino con buena acidez, fresco y con recuerdos frutales. Por su cuerpo y porte, nos resultó ideal para acompañar la cena.

Iniciamos la cena con aperitivos de la casa, concretamente una crema de babasú a base de berenjena y hierbas aromáticas como el cilantro, la menta… Además, pan de gambas como base para el unte. Buen comienzo.

Seguimos con los platos fríos de la comanda. Ensaladilla con tartar de atún. Contraste de sabores en el que vence el tartar, sabiamente aderezado.

A continuación, un plato soberbio. Una ensalada de frutas y bogavante sobre gazpacho de tomatitos verdes mexicanos. Presentación de matrícula de honor. Sabores frescos de frutillas y pequeñas hortalizas con el mar del bogavante, perfecto con sus aderezos.

Pasamos a la parte caliente con las croquetas. De dos tipos, cecina y de mejillón tigre. Muy cremosas, rebozo adecuado y plenas de sabor

Aunque estábamos en León, fue más noche de mar. Llegó el momento de las almejas en salsa verde. Finas, de la mejor clase y buen tamaño. Medio kilo que nos dieron para probar y repetir. Con una salsa que pedía pan, y se lo dimos, claro que sí-

Terminamos con el arroz. Había dos variedades, de almejas y de gamba roja. Como es lógico nos decidimos por el de gambas. Bonita presentación en mesa y con un arroz justo de punto, empapado de sabor a marisco. Arroz y gambas, buena combinación y satisfacción completa de los comensales.

Para terminar, compartimos dos postres. Brownie de chocolate negro con crema de almendras y helado de turrón, y tarta de queso con helado de fresa. Feliz broche final para la cena en el jardín de Cocinandos.

Aquella noche salimos de Cocinandos con la sonrisa dibujada. Buenos amigos leoneses en un lugar con magia. Una cena rica en el mejor lugar. Muy recomendable

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