Costa salvaje, con el único urbanismo de las estrechas carreteras que la bordean. Algún mínimo pueblo remoto o casa solitarias a las que los islandeses son tan aficionados para pasar el verano. Inopinadamente, una pequeña iglesia luterana con su cementerio en un lateral; ¿de dónde vendrán los feligreses?.

En los fiordos, localidades como Akureyri, que en ningún caso llegan a los 20.000 habitantes.

Playas de piedras o arena negra, aves nidificando en los acantilados o posadas en los roques. Aguas no vividas como en nuestros lares, bien por su peligrosidad, caso de la playa negra de Reynisfjara, o porque no superan los 11 grados de temperatura.

El primer rastro de cómo vivía los primeros habitantes lo encontramos al visitar la reproducción de la casa de EriK el Rojo, vikingo explorador y comerciante del siglo X

Reikiavik y su zona de influencia tienen unos 225.000 habitantes, dos tercios del total de Islandia. Es una ciudad moderna con parques, zonas comerciales, centros culturales, etc. Como capital, es sede del Gobierno y del Parlamento, que sorprenden por su tamaño.

Su puerto es el más importante del país. Se puede visitar casi al completo, viendo cargueros, pesqueros, barcos de recreo y comerciales que organizan excursiones para avistar ballenas. En él hay restaurantes típicos especializados en escado y marisco. Tambíén una amplia zona comercial con tiendas, supermercados y dos lugares que merecen visita turística, el Museo de las Ballenas con reproducciones de los principales cetáceos, y FlyOver Iceland, un impresionante viaje como si fueras volando en un dron, atravesando cascadas, fumarolas, valles y montañas.

Rodeando la isla nos encontramos con pequeños pueblos que merecen una parada con paseo, o pequeñas localidades como Akureyri que precisan algo más de tiempo.

Déjanos tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La empresa trata tus datos para facilitar la publicación y gestión de comentarios. Puedes ejercer tus derechos de acceso, rectificación, supresión y oposición, entre otros, según nuestra Política de privacidad.