Es un obrador tradicional con zona de degustación y café. Elabora repostería tanto para desayunos y meriendas como para postres. Abrió un primer local en la esquina de la calle Guevara con la Cuesta de la Atalaya, allá por el año 2016. Entre otros muchos, los profesores y profesoras del IES Sta. Clara nos fuimos haciendo fieles clientes.
Cinco años después se mudó a otro bajo comercial, más amplio, situado en la calle Valliciergo de Santander. El local actual es un espacio abierto donde se sitúan el obrador, la tienda y una zona con varias mesas, para degustar in situ cualquiera de los productos.
Hasta aquí la descripción breve de La Balanza porque lo más importante es conocer al motor que lo mueve todo, la persona que inicio el proyecto y lo sigue desarrollando: Ana Gómez Quevedo.
La historia de Ana es la de una mujer emprendedora y luchadora. Una inconformista con su vida laboral anterior a esta iniciativa, que no quiso acomodarse como hace la mayoría.
Estudió Turismo y trabajó en ese sector, en el hotel Astuy de Isla y en el ya cerrado Central de Santander; aquello no era lo suyo. Otra experiencia laboral en el Centro de Negocios Sardinero fue, si cabe, aún más decepcionante.
En plena búsqueda, su hija Raquel la propuso una idea desde Londres, enseñándole la web de Ben´s Cookies: – Mamá, he encontrado un negocio que te haría feliz.
Y sin más, manos a la obra. Una larga estancia en la capital londinense para realizar un estudio de mercado, visitando multitud de tiendas de cookies para conocer el producto y su comercialización.
Claro que Santander no es Londres. En una gran capital una tienda puede especializarse y tener éxito en una sola variedad de repostería. En Santander pensó que le iría mejor si ofrecía repostería variada y de calidad.
Ya tenía la idea de lo que quería. Pero faltaba lo más importante: Conocer y profundizar en las técnicas necesarias para el oficio de repostera. Y ahí comenzó una segunda búsqueda: dónde aprender la profesión.
Conoció Erasmus para Emprendedores, donde empresarios de muchos sectores de la economía ofertan becas de formación y allí tuvo la suerte de contactar con los que la iban a formar y acoger. Nada menos que en la Toscana.
La Pasticcería Beatrice fue su escuela. Un ático en Pistoia, cerca de Florencia, su casa. Allí encontró amigos, aprendió italiano y cargo su mochila personal con técnicas y recetas.
Y después de toda la historia de Ana preparándose, qué más. Pues La Balanza, con toda su repostería. Y junto a ella, Elena, siempre amable y eficiente; y una madre que ayuda en todo lo que puede.
Sería larga la lista completa de productos, y además siempre hay lugar para elaboraciones a la carta. Pero desde hojaldres, cookies, bizcocho de limón, amandas, rosquillas, tartas y como no, los brookies, uno de sus productos estrella. Como ella mismo dice, su especialidad, casi invención: une lo crujiente de una cookie con la ternura de un brownie del mejor chocolate.
Todo fresco, delicioso y delicado. Se notan las manos de una experta en las físicas y químicas de la cocina repostera. Las harinas, los huevos, la leche y la mantequilla, la nata, las frutas, todo ello sabiamente mezclado para que se produzcan los efectos buscados. Los tiempos de reposo y las temperaturas del horno para conseguir el producto final. A veces, un toque final de presentación que nos diga: Ummm, esto tiene que estar buenísimo!
Como amante impenitente de la repostería, con cierta regularidad me presento en La Balanza, para llevar a casa algo para el postre o los desayunos .
Siempre que voy hay clientes sentados en las mesas disfrutando de alguna especialidad, y si van acompañados, también de la conversación. Me llama la atención que allí se habla bajo, no hay molestia de ruido ambiente. Me pregunto inocentemente si será porque primordialmente, vamos a lo que vamos. A dejarnos llevar por los sentidos del gusto, la vista y el olfato. Que podemos hacer. Hay momentos para todo, también para el disfrute goloso.
Y además con la tranquilidad que estamos ante productos artesanales, con materia prima de calidad, sin artificios insanos.
Gracias Ana por tu tiempo, por la lección de vida, y por poner un granito de azúcar para hacernos la existencia más agradable.
Comentarios:
2 comentarios en “La Balanza”
Gracias por acercarnos a comercios tan buenos, tan interesantes, tan bonitos y con una atención de 10! Desde que se mudó Ana. Valliciergo pasó mucho menos de lo que quisiera, la vida, el trabajo no me lleva por esa zona de la ciudad y este artículo me recuerda que debo pasarme un día de estos.
Gracias por tu comentario Marina!