En Santander tenemos algún italiano que no incluye la pizza en su carta. Intuyo que de alguna manera se sienten orgullosos de ello. Se reivindican como restaurante, no pizzería.
Consecuencia de ello, es que ponen un cuidado especial en mimar la otra parte de la cocina italiana. En Nenét Bistrot están en esa línea.
Estamos en un restaurante familiar, atendido por Andrea y Mayra, italianos de Roma. Después de años de itinerancia por las geografías española e italiana, recalaron en Santander y aquí se asentaron. Primero trabajando en empresas ajenas, él en restaurante y ella en pastelería, para al fin dar un paso adelante y crear su proyecto.
Está situado en el centro de Santander, entre la iglesia de los Jesuitas y el Instituto Santa Clara. Un paisaje mil veces paseado y vivido. Cada paso son recuerdos y memoria. Y ya ocupa una pequeña porción de ella este Bistrot, que llegó al barrio hace unos cuatro años.
Atendido por nuestros protagonistas, él en la sala y ella en la cocina. En un espacio acogedor, cálido. Andrea con su conversar y su ayuda para elegir, ágil y amable. Ella, alma de la cocina, a veces aparece y nos envuelve en su risa y empuje.
Teníamos hambre y eso es malo para decidir qué comer. Nos pasamos, aún sabiendo que la comida italiana llena. No sé cómo arreglar ese problema, lo confieso. Si a mi edad no he aprendido…, pero sigo dándole vueltas al tema.
Dos cañas frías y bien tiradas para disfrutar en la comida. Empezamos con burrata frita. Una bola de queso empanada, con su salsa de tomate y tiras de pan frito. Es un buen aperitivo. Recién frita, con la burrata fundida, nos gustó.
Después la focaccia rellena de mortadela y burrata, esta vez untada y fresca. La verdad es que estaba estupenda, recién hecha, aún templada. A mano, machándonos los dedos de aceite, y mordiendo como si no hubiese un mañana.
Y después dos platos de pasta fresca. Fettuccine alla boloñesa y pasta alla puttanesca. En plato hondo, en su punto de cocción y sabrosotes.
Era sábado y esa tarde tenía caminata y partido del Racing, así que haciendo un esfuerzo había que terminar con un postre. Las calorías consumidas podía mandarlas a paseo a lo largo de la tarde. Compartimos una panna cotta con salsa casera de frutos rojos que nos gustó.
Una comida italiana auténtica, algo excesiva como atribuimos en ocasiones al temperamento italiano: colpa nostra. Una pena que llegase el anochecer con derrota del Racing. Debe ser que los días son como la vida, con sus más y sus menos.
Comentarios:
4 comentarios en “Restaurante italiano Nenét Bistrot”
Me parece oler esa rica cocina con esta descripción sinestésica de los sabrosos italianos
Aromas y sabores que invitan a volver
Muchísimas gracias por Vuestras maravillosas palabras y estamos contentos que Os ha gustado nuestro proyecto.
Grazie mille!!!
Gracias a vosotros por vuestra cocina y buen servicio