En Becerril de Campos, uno de los pueblos bonitos de España, junto a la iglesia de San Martín. Allí se sitúa el restaurante Tres Culturas.
Una casa de estilo mudéjar con fábrica de ladrillo árabe, cal, adobe y madera. Prácticamente sin publicidad exterior, una bella puerta de madera da acceso al restaurante. El local que se abre al viajero sorprende con su luz natural y tenue. La decoración cuidada, con mobiliario en madera y elementos arquitectónicos singulares. Todo invita al sosiego, incluida una temperatura interior acertada, culpa de los gruesos muros que nos rodean.
José Moisés González Trancho, “Trancho” para los amigos, es el artista en la cocina y junto con su familia atienden este restaurante. Y para certificarlo, un bonito óleo preside el comedor.

El día que recalamos en el Tres Culturas nos decidimos por el menú. Nos pareció variado y atractivo. Los cuatro comensales teníamos opción a platos que nos apetecían.
Con el menú nos ofrecieron un vino de la casa. ¡Y tanto que de la casa! Lo hacen ellos. Trancho nos contó su historia.
Hacer vino forma parte de la tradición familiar desde generaciones, como hacían muchas familias de la comarca. Cosechan las uvas de su parcela; son cepas de uvas tempranillo, garnacha, palomino, etc. Esta mezcla de variedades es habitual en los vinos familiares, ya que los propietarios iban plantando variedades según llegaban a casa, por consejo o recomendación de amigos y parientes.
El resultado es un vino sencillo y gustoso, con un evidente toque glicérico inicial que sorprende. Nos gustó el vino y la historia. Y nos obligó a dar un largo paseo cultural después de la comida.

Para comer pedimos dos primeros: Ensalada de escabechados de campo y corral, y garbanzos salteados con gambas al ajillo. En mi caso opté por la ensalada. Sabrosa y fresca. También probé los garbanzos, que estaban ricos y perfectos de punto.
Para los segundos elegimos cordero sefardí con naranja, menta y canela, solomillo de ibéricos con salsa de almendra y carrillera de vaca en reducción de vino tinto. Los dos con fondos de buen cocinero, untuosos y profundos. El guiso de cordero, con sabores mediterráneos, y alejado de lo habitual por estas tierras, nos sorprendió gratamente. Las otras dos carnes, en opinión de los amigos que las pidieron, también gustaron mucho.
De postre, natillas y crema de arroz con gelatina de canela. Caseros de verdad, nos ayudaron a terminar felizmente la comida.
Después de todo lo dicho, solo queda recomendar el restaurante a los que estén disfrutando de una visita a Tierra de Campos. Serán bien recibidos y comerán como nobles de cualquiera de las tres culturas.
Comentarios:
Un comentario en “Restaurante Tres Culturas”
Excelente comentario