Estamos de enhorabuena. Acaba de abrir un nuevo local dedicado a los vinos y a la gastronomía en la calle Santa Lucía de Santander.

Al frente están una pareja, José Antonio Llorente, Chef y sumiller, y María José Mirones, sumiller. Los dos derrochan conocimiento, amabilidad y ganas de agradar a los clientes.

La carta es lo suficientemente amplia y sugerente para pedir mesa y, si merece, repetir visita. Ponen el acento en la oferta enológica, con vinos menos conocidos, más originales, incluidos algunos generosos. Esta última oferta no es habitual encontrarla en las cartas de nuestros restaurantes

Tienen un horario amplio, que incluye el momento de tomarse un vinito en la barra, y el más propio de comidas o cenas.

El día de la visita empezamos por la barra, pidiendo sendos blancos Simonnet-Febvre 100% Chardonnay, un vino equilibrado, armonioso con un atractivo color dorado. Por lo que pudimos observar, es costumbre de la casa ofrecer alguna tapa; en nuestro caso destacar una más elaborada de ensaladilla rusa. ¡Que mejor manera de empezar!

Después de analizar la carta de vinos, pedimos un Telescópico Frontonio 2020, de uvas garnacha, garnacha peluda y mazuela. Un vino de Cariñena, viñedo tradicional de secano, elaborado en pequeñas partidas y criado en viejas cuevas. Con una crianza de más de 12 meses en foudres de gran capacidad y toneles de 500 litros. Esta descripción ya nos lleva a un vino que se sale de lo habitual. Nos pareció sabroso y delicado.

Empezamos la cena con el Foie de tudanca, emulsión de membrillo y pistacho crujiente. Un foie de sabroso y contundente, suavizado por la emulsión de membrillo.

Dada las características del plato anterior, quizás habría sido mejor empezar por la segunda propuesta, la ensaladilla de sardina ahumada con encurtidos y rabanitos. A los cuatro nos gusta la ensaladilla y cuando la vemos en carta, suele llamarnos. En esta ocasión era una elaboración destacable, tanto en la parte más tradicional como en lo que aportaba la sardina ahumada, los encurtidos y rabanitos. Muy rica

Continuamos con el verdel en escabeche, pescado en plena temporada de capturas. Un escabeche suave, bien preparado que nos gusto a todos.

Terminamos la parte salada con el solomillo a la llama y patata revolcona. La carne en su punto, tierna y gustosa. Con un acompañamiento original, la patata revolcona, que por estas tierras es poco conocido.

Finalizamos con un postre, la leche frita con helado de vainilla mexicana. ¡Que postrazo! No exagero si afirmo que es la mejor leche frita que he probado. Cremosa, con el dulzor exacto, temperatura adecuada. Vamos, de 10. El helado también de matrícula de honor; buenisísimo como dice el amigo Beu.

En resumen, una visita que mereció la pena desde el vino inicial al superpostre. Los caldos, las elaboraciones y el trabajo de los dos partenaires ponen el listón bien alto. ¡Volveremos!

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