La fiesta del Lúpulo y la Cerveza se celebra cada año en Carrizo de la Ribera, León. No es una casualidad, ya que más del 95% de la producción española de lúpulo se sitúa en las riberas de los ríos Órbigo y Tuerto. Y eso merece una gran celebración.
Curiosamente, el lúpulo está presente en la catedral de León, en la Capilla de Santiago Apóstol. Allí podemos ver un friso que está meticulosamente ornamentado, adornado con flores de lúpulo, poniendo de manifiesto la estrecha relación entre Flandes y Castilla, dónde el lúpulo, imprescindible para la elaboración de cerveza, era una práctica arraigada.
Los cultivadores de lúpulo son herederos de una larga tradición en la que se unen larga experiencia en este cultivo y acervo familiar, ya que el testigo pasa de padres a hijos, con la voluntad de mantenerlo en el tiempo. No en vano se trata de un cultivo complejo, que requiere conocimiento y trabajo esforzado y meticuloso, para poder llevarlo a buen término.
Y en estas estamos un año más, ya van 18 de celebración, cuando nos presentamos en los días alrededor del primer fin de semana de agosto. Aún queda alrededor de un mes para la cosecha, pero Carrizo de la Ribera no puede esperar.
Fueron cinco días de fiesta. Aproximadamente 12 horas cada jornada para beber cerveza, comer y cenar en alguno de los puestos de la campa, y asistir a actuaciones para todas las edades, conciertos y conferencias.
Este año la comida estrella fueron las hamburguesas. Un carnicero avispado, Luis, fue entrevistado por Carlos Alsina en el programa de Ondacero. Iba a dedicar un magnífico buey criado como a un hijo, para hacer todas las hamburguesas necesarias para satisfacer el apetito de los asistentes.
Además de hamburguesas hubo pizzas de La Competencia, pulpeiras, costillas a la brasa y muchas otras ofertas para todos los gustos. También, como no, tartas, helados y demás dulces para culminar cada jornada gastro.
Todas las cerveceras importantes de nuestro país estuvieron presentes. Por un módico precio puedes catar las más habituales o las premium de cada casa. Con un vaso o con una jarra de la feria, a caminar, beber y comer como si no hubiese un mañana.
En nuestro caso acudimos dos jornadas. En la primera probamos el pulpo y unos pimientines de Padrón. En la segunda, acompañados de Eva y Julián, Julia y Carlos, nos atrevimos con las hamburguesas del buey famoso y con la pizza de La Competencia. Me quedo especialmente con la hamburguesa: jugosa, original y sabrosa. Por ello, brindamos por ti, estimado Luis, y por el buey que sacrificaste para nuestro gozo. Y por hacer llegar la Fiesta del Lúpulo y la Cerveza a todos los rincones de nuestro país.
Cervezas probamos bastantes, vaya por Dios. De todas, por consenso de los amigos presentes, nos quedamos con la IPA de Damm. Muy afrutada, con el lúpulo bien presente.
¡Y qué decir del concierto de aquella noche!
Alejo Stivel, vocalista de Tequila, y su banda. Le vimos en plena forma, cantó todos los éxitos de Tequila, nos hizo mover el esqueleto, ay dios, bajó del escenario a mezclarse con sus fans. Un profesional con una buena banda. Un lujazo para la fiesta de la cerveza. ¡Gracias Alejo! ¡Gracias Tequila!
En un mes, buenos amigos, se cosechará el lúpulo y una vez seco, se transformará en pellets. Allí al lado, en la factoría Hopsteiner España, en Villanueva de Carrizo. Y luego a las cerveceras, para que en 2026 volvamos a celebrar con buena cerveza, la XIX edición de la Fiesta del Lúpulo y la Cerveza.